lunes, 14 de mayo de 2018

La duda de la Verdad

Un día la Verdad se levantó orgullosa. Era tal su orgullo que decidió ponerse un traje lujoso para que todos admiraran su presencia. Entonces llamo a Narciso, un amigo que siempre andaba adulándola cuando ella se miraba en el espejo. Narciso le dijo que se ponga su traje de gala, ese que no tenía bolsillos. Cuando La Verdad se lo puso se dio cuenta que no tenía lugar para La Duda, su pequeña compañera de juegos, entonces decidió dejarla y olvidarse de ella, total tenía a su amigo Narciso.
La Duda se quedó sola preguntándose porque pero enseguida se fue a jugar con otra verdad menos orgullosa.
La Verdad al apartarse del espejo perdió a Narciso y murió de vieja, sola y olvidada. 

Adán y Eva


Un día Dios estaba aburridísimo y se puso a jugar con fuegos naturales y entonces inventó las estrellas. Al rato estaba otra vez aburrido entonces inventó muchas más y así nacieron las galaxias que son un montón de estrellas que le aburren a Dios. Sin saber qué hacer para que se le vaya el bostezo tuvo la idea genial de inventar al hombre. Pero como el hombre era igual a Dios el hombre se aburría y entonces Dios inventó a la mujer, que era como el hombre pero mejorado porque le salió más lindo.
El hombre y la mujer jugaban con Dios y se divertían pero un día que Dios estaba ocupado porque de tantas estrellas algunas les explotaban y todo eso, el hombre y la mujer se pusieron a jugar solos y entonces inventaron un juego re divertido que Dios no conocía y que era inventar más hombres sin que los viera Dios.
Entonces Dios les dijo que podían seguir jugando a eso pero que cuando quisieran jugar con Él tendrían que encontrar el camino en un mapa que Él escondería en un lugar muy oscuro y difícil de encontrar.
Desde entonces el hombre y la mujer andan jugando a ser Dios con un mapa que les late adentro y que muchos no saben leer.

lunes, 16 de abril de 2018

Piquete

La calle es de la clase media. Y de los pobres que, con trabajo, creen o aspiran a serlo.
A las personas que no tienen trabajo y son pobres desde hace mucho se las identifica como la Clase Baja. La pobreza de las personas pobres siempre se arraiga en la periferia y solo llega a la gran ciudad en pequeños formatos de indigencia que la clase media (y la casi media) invisibilizan con una limosna o simplemente no mirando. Así las cosas, no hay pobres porque no los vemos, y todos sabemos que lo único que existe sin que lo veamos es Dios. La clase media sabe que los pobres son esa estadística que sale en las noticias de la noche y que aumenta o disminuye según quien la diga: para las personas que gobiernan siempre es menos que para las que quieren gobernar.
La clase media utiliza la calle para movilizarse y movilizar sus virtudes de clase media de un lugar a otro. Algunos van y vienen de sus trabajos, otros visitan parientes y otros reparten cosas para que la clase media compre porque es la que tiene el dinero para comprar. A la clase media le gusta mucho comprar porque por eso existe, para comprar. Por eso las calles de la clase media casi siempre son bien parecidas, con sus pisos bien arreglados y sus vidrieras llenas de colores para llamar la atención; en cambio las calles de los pobres son pobres, sin arreglos porque las personas que gobiernan están muy ocupadas arreglando cosas importantes y se olvidan de arreglarlas.
En ciertas ocasiones los pobres vienen al centro a decirles a las personas que gobiernan que ya no quieren ser pobres, algunos vienen gratis y otros vienen pagados por el organizador del evento. El organizador es siempre de clase media o casi media, pero necesita de los pobres, la clase baja, porque para eso son pobres, para ser usados por organizadores de eventos para que sus eventos tengan éxito y sus ganas de ser gobierno salgan en el noticiero de la noche. Los pobres de paso agregan su imagen a la estadística del noticiero de la noche aunque rara vez los comentarios se concentren en su condición de pobres, mas bien remarcan las feas costumbres de los pobres que desagradan a la clase media o casi media, como mostrar sus pobrezas y cortar las calles, dos cosas que irritan a la clase media porque les recuerda que para ser clase media debe haber clase baja y los responsabiliza de ello. De todas maneras la clase media concentra su irritación en el corte de calle porque detiene el vaivén de las cosas de la clase media y sabe que si no moviliza sus virtudes de clase media ni compra puede dejar de ser clase media, y eso es inaceptable.
Los eventos que la clase baja hace en territorio de clase media cortando las calles importantes se llaman piquetes. Si algún distraído es sorprendido en un piquete podrá pasar el tiempo mirando como las personas de clase media o casi media se ven ofuscadas y en general cierran el vidrio del auto para dejar afuera a la clase baja. También, si mira con atención, se suelen ver edificios de vidrio espejado que dan la espalda y miran de perfil con sus ojos de ventanas abiertas hacia el río. Adentro señores de clase media viajan por la web multiplicando dineros de clase alta.

La tierra era plana


Antes la tierra era plana y las personas caminaban de ida y de vuelta. Iban hasta allá y se volvían porque si no se caían del borde de la tierra plana. Después unos señores se hicieron los inteligentes y la hicieron redonda y ahí empezó el problema porque se inventó el apuro. Muchas personas andaban apuradas caminando derechito a ver quién llegaba primero dando vueltas en la nueva tierra redonda y hasta llegaban a sus casas sin volver por el mismo camino trayendo recuerdos y suvenires. Como esto les resultaba muy divertido entonces muchas más personas se pusieron a visitar muchos lugares y a conocer mucha gente. Al principio iban en barcos, pero como ahora conocían el apuro y las velas no los llevaban rápido entonces les pusieron hélices a los barcos y los hicieron más grandes para que entraran muchas cosas. Resulta que como las personas seguían cada vez más apuradas entonces inventaron el avión que los llevaba recontra rápidos. Igual, como la ansiedad siempre va más rápido que los barcos o los trenes o los aviones rápidos, unas personas que estaban tan tan apuradas y tan tan ansiosas inventaron teléfonos y teletipos y telecosas para llamarse y saber muy muy rápido que decía la gente de allá lejos. Pero parece que a las personas que usan aviones y teléfonos se les acelera mucho el apuro y la ansiedad y entonces quieren saber y tener todo rápido, pero muy rápido. Por eso aparecieron otra vez esos señores que se hacen los inteligentes y entonces inventaron unos aparatitos que se enchufaban a una red de personas apuradas y ansiosas y enchufadas y entonces ahora las personas pueden navegar sin navegar, sin barcos, ni hélices ni aviones ni nada. Ahora viajan sin viajar y sacan fotos de lugares que no estuvieron y juntan recuerdos de cosas que nunca vieron y como no les alcanzan los aparatitos esos para guardar tantos recuerdos de ninguna parte entonces inventaron las nubes, que son como nubes pero llena de recuerdos de ninguna parte y libros que nunca leyeron y cosas que nunca vieron.

Había una vez una tierra plana donde las personas caminaban de ida y de vuelta. Ahora la tierra es redonda pero igual ya no importa porque las personas viven en la nube.

miércoles, 23 de marzo de 2016

El vasco


La mañana estaba fresca pero un sol tibio la había acompañado alegrándola. Al entrar en la casa el aroma de la comida casera recordaba que la abuela todavía reinaba y que la vida era buena. Tal vez por eso el abuelo seguía sonriendo feliz en blanco y negro desde el cuadro oval del living.
Pasó por el baño, lavó sus manos y refrescó su cara, el espejo le dijo que su cabello precisaba un corte y estuvo de acuerdo. Se acomodó en su silla y esperó la sopa reparadora mientras ojeaba el suplemento rural del diario. Esa había sido la rutina de los hombres de la casa por tres generaciones, trabajar desde muy temprano, recibir las atenciones femeninas y pensar en el futuro de la finca y de la familia. Los niños estaban en la escuela preparándose para cuando la sucesión les llegara como llegaba la hora de la siesta sin que nadie pueda hacer otra cosa que admirarla o entregarse a ella. Desde pequeños iban recibiendo el legado con anécdotas familiares que se repetían y festejaban en las navidades, años nuevos, cumpleaños y cenas familiares, al punto que de grandes ya no quedaba claro si sus recuerdos eran genuinos o implantados por sus mayores. Recordaba cuando a los diez meses su abuelo lo rescato al caer en una acequia y lo consoló con un sorbo de vino de su bota vasca. O cuando le cantaron su primer cumpleaños en catalán en la mesa armada entre los toneles casi centenarios donde se maceraban el vino y los sueños familiares. Recordaba cuando su abuelo bajó en la estación del tren con solo una maleta vieja que ahora dormía junto al primer barril usado y las primeras botellas y damajuanas que alojaron vinos jóvenes hechos con recetas que viajaron en la memoria colectiva de los paisanos. Había escuchado tantas veces como vendían las primeras damajuanas en el pueblo, como los buenos años de cosechas gordas vinieron junto con los hijos que crecieron oliendo el mosto y las madrugadas laboriosas. El mayor de ellos era su padre, que de muy joven mostró dotes de buen comerciante y pasada la adolescencia se puso al frente de la chacra. Pero no se conformó y le dio forma a la primera bodega de la zona, importó cepas y toneles aprovechando los parientes con los que todavía se escribía la familia y un crédito que sacó por la confianza que generaba el apellido familiar y la amistad del padre bancario de su amigo de la infancia. Con el tiempo cambió las damajuanas por botellas que mandaba a la capital etiquetadas con el nombre de la bodega que homenajeaba a su padre.
La zona se fue poblando de otras bodeguitas nuevas de chacareros que se animaron viendo su progreso, y cuando decidieron formar la cooperativa nadie dudó en nombrarlo presidente. De su gestión quedaron el tendido eléctrico, los nuevos canales de riego, trajeron líneas telefónicas y otros beneficios que lo dejaron como el referente de la zona. Entre esos beneficios también estuvo la compra de tierras fiscales a precios de amigos en sociedad con el intendente y el viejo banquero al que le devolvía así el favor de años anteriores.
El mote de "El vasco" con el que se lo conoció de mozo ahora quedó relegado a un grupo selecto de amigos, el resto, a falta de un mayor esfuerzo para pronunciar su apellido vasco, lo nombraba por su nombre de pila precedido de Don.
Le vinieron también a la memoria los días convulsionados de revoluciones en su adolescencia febril, cuando con los compañeros de secundaria salieron a la calle a reclamar gritando y arengando cambios que ellos ni siquiera entendían. Y la pateadura que su padre le dio explicándole su opinión sobre el asunto. De esas amistades surgieron, años mas tarde, los comités que lo llevarían a la política, no por sus cualidades altruistas sino porque su apellido estaba instalado en la memoria colectiva asociado al progreso. Con esas credenciales viajó a la capital donde ya conocían la marca de sus vinos, la bodega tenía cierto renombre y el apellido alguna vez estuvo en boca de los políticos de las grandes ligas que necesitaban de alguien que los representara en la zona.
Poco tiempo después, de regreso al pago chico trajo en las valijas ropa de categoría, nuevos contactos comerciales y el apoyo del partido para llevarlo al congreso nacional. A cambio solo necesitó recolectar las voluntades del pueblo que embriagado con promesas que nunca cumpliría le lleno las urnas y los bolsillos.
Acabó su sopa retirando el plato que le hacìa lugar a una copa alta y elegante como una dama de la ciudad. Admiró el color morado que regalaba reflejos rojos a contraluz y se dijo "- estos vascos son duros de convencer". Pero lo pensó con la tranquilidad de saber que al final, más que sus palabras, su posición privilegiada doblegaria la voluntad del paisano pobre, el de la finca de loma arriba, la que como una paradoja del destino sólo se conectaba con el resto pasando por la entrada de su mega bodega, único camino que el progreso no había mejorado.
Tomó un sorbo y reconoció que el carácter único de una cosecha digna de las mejores mesas aún estaba por venir.  El teléfono sonó, dejó que sonara un par de veces para hacerse desear porque ya nadie lo llamaba a ese número, ahora se usaban los celulares, asi que solo podía ser el vasco de al lado respondiendo a su propuesta. Atendió con un "- hola, quién habla?" lleno de fingida duda, del otro lado le respondieron sin medias tintas aceptando su limosna con resignada indignidad. "Me alegro" dijo y su falta de sorpresa se filtraba en sus palabras, "es lo mejor para todos". Un silencio llegó del otro lado y luego cortaron. El dolor y la humillación quedaron colgados del auricular. Miró el tubo, hizo un ademán y colgó.
Ya tenía el vino que hacía años perseguía para llevarlo al gran certamen con el nombre de su mujer en la etiqueta. A cambio unos pocos pesos pagarían la hipoteca que el pobre chacarero tenía pendiente en el banco de su amigo. 

lunes, 21 de marzo de 2016

Hijo

Hijo
Lo miraba con un silencio reflexivo y paternal. Era asombroso como había logrado forjarle ese carácter digno de un vasco de pura cepa. Sin lugar a dudas tenía cualidades suficientes para ser el mejor de su clase, ganar cualquier competencia en su especialidad y llegar a grandes cosas.
Al verlo, no podía dejar de sentir un pudoroso orgullo que lo regocijaba al mismo tiempo que callaba para que no lo tilden de mandaparte. Lo soñaron con su compañera de toda la vida y lo gestaron desde el más profundo amor participando ambos en su crianza e involucrándose en cada detalle.Él lo sentía como su hijo predilecto y lo llenaba de un orgullo que no podía contener, repitiéndoselo a todo el que le pusiera la oreja para escucharlo y nombrándolo hasta en medio de conversaciones que poco tenían que ver con eso.
Absorto en su contemplación recordaba cuando llegaron a esos páramos los dos solos y al tiempo ya habìan levantado una casita, un galpón sembraron las primeras semillas. Le venìan a la mente las tardes en las que masticaban el futuro a falta de otra cosa y la noche en que concibieron la idea de lo que hoy era su orgullo y cuando al finalizar el verano su mujer le dijo con una maternal sonrisa que todo estaba bien y se lo dejó con delicadeza en sus manos. Pensaba en las mañanas soleadas como la de hoy cuando paseaban por el campo, en las siestas febriles donde velaba porque descansara bajo los robles eternos y en como cada noche antes de irse a dormir necesitaba pasar a verlo para poder conciliar el sueño.
Sin embargo lo mortificaba el hecho de no tener los medios para darle la oportunidad que merecía y le partía el alma saber que debía hacer un sacrificio supremo, el mayor acto de amor de un padre. Debía dejarlo ir.
Su mujer entró, se sentó y le tomó la mano en silencio otorgándole el consentimiento a lo que alguna vez él le propuso entre lágrimas. Estaban decididos y había llegado la hora. Tomó el teléfono, marcó el número que tenían anotado en un papel sin nombre, porque todos sabían de quién era el número. “- hola” dijo y no esperó a que del otro lado le dieran conversación, “está hecho, pase mañana.” dijo y del otro lado una voz feliz lo golpeó con un “es lo mejor para todos”. Un nudo en la garganta le dijo que colgara.
Ese año, vio por el diario como su mejor cosecha ganaba la medalla de oro en el certamen con el nombre de la bodega más rica de la zona, entonces brindó en silencio con una copa de un vino que le supo amargo.

Walter

domingo, 20 de marzo de 2016

Domingo.

La cucharita giraba alrededor de un medio café ya frío. Sobre la mesa el cenicero lleno era más elocuente que el desmemoriado reloj, la mañana había pasado sin producir más que el aburrimiento dominical acostumbrado. De vez en cuando la esposa pasaba haciendo el recuento a media voz de los quehaceres domésticos hechos y por hacer, pero él no le prestaba atención, ella era parte del paisaje y de la rutina de los últimos años. No había notado que estaba más delgada ni que los mandados la demoraban más que antes.
Se paró pesadamente, llenó por tercera vez su taza luego de vaciar el resto frío del anterior café en la pileta, que hasta ese momento exhibía más de dos horas de impoluta limpieza. Volvió a su ostracismo preocupado por el suplemento deportivo, "- hace 20 años que estos perros no ganan algo!" esputó al aire como dando una sentencia, mientras apagaba el pucho en el cenicero que ya no aceptaba más sobras y devolvía la agresión arrojando cenizas sobre el periódico.
La puerta marcó el regreso de ella que pasó con dos bolsas en las manos y una canción en el rostro.

El viejo, el niño y la mula.

El polvo del camino parecía no afectar a la vieja mula que, hastiada, tiraba del carro con pensamientos indescifrables. Las riendas apenas cumplían un papel formal en las manos nudosas del viejo. De vez en cuando un "vaaamos" le aligeraba los pasos que indefectiblemente volverían al único ritmo de marcha que el pobre animal podía mantener. Igual de aburrido viajaba el niño, quien solo encontraba distracción al ver algún bicho que cruzaba el camino.
'- ¿Queres manejar el carro?' La pregunta le llegó golpeando su sorpresa, un desafío que no vio venir porque no lo esperaba hasta más grande. Las palabras del abuelo lo llevaban a la puerta misma de la adultez. Siete de sus ocho años había viajado con el viejo, había aprendido a subir al carro antes que hablar, las maderas, el olor y el paisaje habían sido parte activa de su niñez. Y sin previo aviso le caía tamaña responsabilidad. No lo dudó, "SI" dijo y sus ojitos impacientes buscaron las manos del maestro que cedió las riendas como un cetro real. Las tomó como lo había visto tantas veces, acomodo su cuerpo como para aguantar el desafío y vomitó un "vaamos" que la mula pareció ignorar. Miró al anciano que aparentaba no registrar la escena, "- ¿le grito más fuerte o uso el rebenque abuelo?", "- haga lo que le parezca m'hijo" respondió el viejo sin dejar de acomodar algo bajo el asiento. El nene dudó un momento y luego ejerció su nueva hombría ensayando un rebencazo que resonó sobre las varas sorprendiendo al animal que pegó una espantada de diez pasos y se frenó de golpe frente al zanjón. La cosecha que llevaban para vender se desparramó por el carro y una parte cayó al pastizal. "- Mh" gesticulo el abuelo. "Ahora m`hijo hay que juntar todo". Enojado, el niño recogió lo caído y subió al carro pensando que había fallado, pero encontró al abuelo sentado nuevamente absorto en sus cosas y las riendas lo esperaban prolijas de su lado. Las tomó nuevamente y esta vez le suplico a la mula con un "vaaamooss" fuerte y decidido al compás de un movimiento de las riendas. La vieja mula arrancó y siguió como siempre con su ritmo cansino.
Llegaron a la feria más tarde de lo acostumbrado y tuvieron que acomodarse al finalizar de la calle donde ya sabían que la venta sería mala.
El tercer o cuarto cliente se acercó con una jaula de gallinas y propuso cambiar "estas gordas gallinas por la mitad de sus zapallos". Luego de aguardar toda la tarde con apenas tres clientes, dos ventas mínimas y un sol infernal, al niño le brillaron los ojos. "- Abuelo, acepta". El viejo miró y dijo "haga lo q le parezca m`hijo". El nuevo hombrecito aceptó con un movimiento de cabeza, acomodó las jaulas a su lado y le señaló al comerciante los zapallos para que los tomara, cosa que este hizo rápidamente y se marchó. Cuando quedaron solos el pequeño abrió la jaula y tres gallos viejos lo recibieron agobiados de calor. El niño miró al abuelo y solo recibió un "Mh" seguido de un ademán que le indicaba el cuarto cliente. Un hombre alto y bien vestido preguntó por su mercadería y les señaló su bolsa llena de monedas. El chico desconfiando le dijo que quería verlas; el hombre sonrió, abrió la bolsa y veinte monedas doradas le indicaron al pequeño que serían suficientes para terminar el dia. Buscó la aprobación del abuelo para que le diga que hacer, pero el viejo se encogió de hombros y solo emitió otro "- mh", dejándolo con el desasosiego de todo el día. - “le vendo las verduras y mis pollos por todas las monedas” dijo con una mezcla de desafío y súplica. Se retiró el hombre caminando con dificultad por la jaula y las bolsas con verduras y quedaron ellos con su carro vacío y los bolsillos llenos. Al final fue un buen día, pensó el niño.
De camino a casa, mientras acomodaba otra vez las riendas en sus pequeñas manos, tomó el coraje de su nueva condición de adulto y le increpó "- ¡abuelo, hoy necesité que me ayude y no lo hizo! Abuelo ¿porque no me enseña a hacer las cosas como Ud.?". Por quinta vez en el dia y por décima en el mes habló el anciano, "- sí le enseño m´hijo", dijo sin dejar de mirar su mula, "- aprendes a decidir solo", y prendió su pipa con una imperceptible sonrisa en sus ojos. 

Walter

Mensaje de texto.

Abrió el mensaje e inmediatamente se reconoció en ese pequeño rostro que se le colaba sin aviso en la pantalla. La mueca de sus labios, el pelo irreverente, los ojos vivaces, todo en esa figura era un espejo a-temporal e irrefutable que los emparentaban. Se le anudó la garganta, le brotaron gotas en la frente, rubor en el rostro y nervios en las manos. Controló el temblor y a falta de un texto que le explique, buscó la mirada del niño que reía con esa honestidad inocente que expresan a sus padres. Pero esa criaturita no lo homenajeaba a él, sino a alguien que recibía esa felicidad fuera del cuadro, pero muy cerca del lente ejecutor.
Los ojos se le llenaron de preguntas y miro el reloj que se había detenido sorprendido. La edad del pequeño marcaba qué página de su historia estaba leyendo. Le recordaba los pechos que lo habían consolado en sus días malos, los ojos que lo buscaron cuando nadie lo hacía y todo parecía derrumbarse y que lloraron cuando él decidió volver a la seguridad de su vida burguesa.
Ahora, esa imagen inocente se convertía en un generador de emociones encontradas. Tanta dicha produciría en algunos como desdicha en otros. Llenaba de tanto amor el espacio de la foto, como de miedo a quien la estaba mirando o dolor a quien la podría ver.
Pero... porqué? Para qué? Porqué ahora? Porqué no antes o dentro de muchos años o nunca? Porqué no se enteró a tiempo? Y porqué hoy, jusssto hoy?! Porqué, ahora que la vida parecía tener sentido le llegaba esto. Ahora que parecía haberle ganado la pulseada al destino, ahora que creía merecer un descanso a tanto esfuerzo, le llegaba esa foto como una burla de la vida que le recordaba que ella, la vida, era una sola y no se podía fragmentar y vivir vidas sucesivas o paralelas sin pagar un precio por ello.
El ruido del baño hizo retomar el ritmo del reloj, se abrió la puerta y su esposa salió con urgencia parturienta: "- ¡amor apúrate, creo que viene!".


Walter

domingo, 7 de septiembre de 2014

Quien sabe?

Quien sabe por donde caminarán sus sueños.
Quien sabe por donde andarán sus miedos.
Quien sabe por donde volará su risa.
Quien sabe por donde dejará sus ganas.
Quien sabe de que hablarán sus libros.
Quien sabe qué escuchará su almohada.
Quien sabe...
Quien sabe porqué su cuerpo distraído
todavía pierde la sombra en el río.
Quien sabe porqué la encuentro jugando
entre mis recuerdos y mis olvidos.

walter



domingo, 23 de marzo de 2014

historias

Las historias reales
son las luchas cotidianas de nuestros vivos
por un futuro mejor.
Las historias oficiales
son las luchas apócrifas de sus muertos
por un pasado mejor.

walter

miércoles, 19 de marzo de 2014

Orgasmo

Su mente se fue en viaje eterno hacia la lágrima,
hacia ese vil destino efímero de vida y muerte.
Le dio un beso malicioso, susurró un conjuro
y la depositó en el lecho cargándola de amor.
Luego, tenso, se alejó levemente, la miró,
arremetió con un sueño latiendo en su garganta
y la llenó de pasión con su mejor caricia.
Ella viajó al fondo de su destino materno
colmada de ansiedades, deseos y emociones,
pariendo, finalmente, un gemido profundo
que contagió de orgasmo a su amante.
¡Hermoso gol de campeonato!

Walter

Distracción poética.

La luna cruza la calle,
distraída como yo,
ella tuvo mejor suerte,
a mi el auto me chocó.

walter

miércoles, 12 de marzo de 2014

La farsa neo globalizada

Esta vida es una farsa,
un corso, una comparsa,
un juego de gladiadores
con espadas de madera
y espejitos de colores,
una carrera de embolsados
persiguiendo sus trofeos,
un montón de bichos feos
que se creen mariposas,
un fulbito de individuos
exhibiendo sus gambetas
delante de la geta
del dueño de la pelota.
Y en la escuela de esta mierda
el que se sienta primero,
aprende bien la lección
cuando caga al compañero,
así aconseja el libreto
así fuimos adiestrados
así nos mantienen tarados
así fabrican sus credos.
Por suerte están los recreos
para fumarse utopías,
y armar un picadito
entre los pibes más reos
o brindar por lo posible
y soñar por que se pueda.


Walter

sábado, 1 de febrero de 2014

Facundo

Tan chiquito y gigante, 
tan simple, intrigante 
y tan omnipresente. 
¿importa tanta rima, si puedo tener tu: "- te, te, te"?
Explorador incansable 
de mundos invisibles 
y tan sensacionales.
¿importa tanta rima, si puedo ver con tus ojitos informales?
Epicentro lácteo, 
tu centripeteo 
es nuestro desvelo 
¿importa tanta rima, si no pude dormir?

Lector lea esto en voz baja,

para que el nene se duerma
y tal vez otro día
¡tenga esto mas forma!

(gracccias)

walter

miércoles, 29 de enero de 2014

Por distraido

Le llevó los bombones mas finos,
la alagó con las flores mas caras,
pero no vio en sus ojos las "gracias"
que dijeron sus labios formales.

"Tal vez su diabetes la afecte
con el mismo humor de su alergia",
dijo y puso en su agenda de pagos
"zapatos" y guardo la chequera.

Vencido el plazo anotado

compro los de moda y mas caros,
y se fue esperando por vuelto
las monedas de su gratitud.

Pero ella le estaba cobrando

el precio de sus distracciones,
regalaba su risa a otros brazos
mas atentos a esos detalles.

walter

miércoles, 8 de enero de 2014

El error de a veces

A veces 
parece que el silencio gritara.
A veces,
de tan solo, uno queda apretado 
entre los recuerdos y los sueños, 
dos ausencias que, sin embargo, 
siempre están. 
A veces 
conversamos con el que fuimos 
creyendo que todavía es, 
o peleamos con el fantasma 
que mañana invocaremos. 
A veces
la gotera es un insulto 
que comparte su violencia 
con las fiestas patronales, 
cumpleaños y navidades. 
A veces
de tanta introspección 
uno se cae, 
tropieza y cae 
en su micro mundo. 
A veces,
ya cansados, 
regalamos 
la soledad,
la tiramos.
Entonces
ya no estaremos solos, 
ya no seremos solos,
ya no estaremos,
ya no seremos. 

Walter


miércoles, 4 de diciembre de 2013

¡Me olvide otra vez!

Desandan, huella tras huella,
camino y contra camino.
Postergan, tiempo tras tiempo,
horizontes y aventuras.
Viejos pies contrariados,
reparando desmemorias.


miércoles, 24 de julio de 2013

Somnia incarceratus! (o los educaditos de siempre)

¿Qué pasó con las utopías?
¿Y con lo sueños imposibles?
¿Y el proyecto de hacer feliz?
¿Y esa mirada de niños?
¿Cómo se expandió el virus?
¿Porqué la prostitución
del dinero nos alcanzó?
¡La puta educación que me parió!

walter





ReBelación.

...y el dios de los vivos creó,
de la misma Nada, Creó.
No por todopoderoso,
ni por bondad. No, no. Sino
porque de nada sirve
tenerlo todo en la Nada.


walter




domingo, 24 de marzo de 2013

¡Felicitaciones!

Rema. Rema que te rema.
Pala delante, avanza,
contra corriente, avanza
y llega primero. ¿Primero?
Todos llegan primero,
delante del holgazán,
del que no pone el esfuerzo,
del que solo quiere ganar.
El laborioso Hornero,
Sísifo y vuelta a empezar,
el Cristo que en su camino
dibuja la huella eterna.
El que repecha montañas,
el que domina los vientos,
la que amansa la serpiente:
Lujan, remada y Sarmiento.
Felíz del que llega delante
de su propio antes de ayer,
de su músculo cansado,
la duda, el llanto salado.
Felíz de dar el ejemplo
al hijo remaideales,
que lo sepa, que te vea
y copie tus bondades.
                       ¡Felicidades!


Walter